GUERRAS DE PODER E INCONTINENCIAS VERBALES
Hace unos semanas desayunamos con un Tweet que está revolucionando el día a día de los comentarios de café. Se trata del veto de Trump a la macroempresa china Huawei. Los comentarios se centran en Google y Huawei, pero hay muchas empresas estadounidenses que tendrían que cortar relaciones con Huawei, a modo de ejemplo; Intel, Qualcom, Microsoft, entre otras.
El "motivo" parece estar en el desarrollo de la tecnología 5G, y en el uso que se le puede dar a nivel cyberseguridad y espionaje tanto industrial como militar. La tecnología 5G está llamada a controlar el mundo (coches, aviones, electrodomésticos, tráfico, etc).
Parece ser que al primer mandatario estadounidense no le hace mucha gracia que este control esté en manos diferentes a las suyas, éste parece ser el germen de la "nueva tragedia moderna".
Desde Huawei ya están trabajando en la resolución del "conflicto". De este trabajo hasta ahora poco sabemos, pues la cultura china es así, trabajan en silencio y cuando lo tienen todo cerrado, publican conclusiones.
Por centrarnos en lo que más revuelo a suscitado, la relación con Google, el futuro más inmediato está de la siguiente manera. Todo terminal que actualmente está en el mercado de Huawei no va a tener ningún problema de funcionamiento. Funcionará PlayStore, Gmail, Youtube, etc. Actualizaciones y parches de seguridad estarán disponibles. Con lo que si llevas uno en el bolsillo o piensas en comprar uno; ¡RELAX! son terminales totalmente funcionales.
En el futuro, la principal incógnita es el lanzamiento del nuevo sistema operativo Android. Es un tema en el que están trabajando (entre otros).
Debemos saber que Huawei no solo es telefonía móvil, es una macro-empresa tecnológica con múltiples vías de negocio. Como dijimos antes todo esto viene del despliegue del 5G. Tampoco podemos negar que toda esta polémica no le ha hecho nada bien a nivel de mercados bursátiles (pero a Google y a otras empresas tecnológicas tampoco). Pero a nivel personal intuimos que ambas partes están obligadas a entenderse.
Esto es así porque en un mundo globalizado como el actual no se entiende que las dos potencias económicas se aíslen entre ellas. Hay mucho vínculos entre los países y entre las empresas de ambos para que todo llegue a buen término. No olvidemos que gran parte de la deuda de EEUU está en manos de China. "Poderoso caballero don dinero".
No se puede concebir volver al enfrentamiento entre dos mundos tan diferentes pero tan dependientes uno del otro. ¿Imaginas que las empresas chinas de teléfonía (Huawei, Xiaomi, ZTE, entre otras) dejen de lado a Android? ¿Con qué se quedaría Google? Samsung, LG y poco más. Repetimos: condenados a entenderse.
La conclusión por no extendernos más es ésa. Por mal que se lleven sus dirigentes, por bravucones que sean (ambos), existen muchos intereses cruzados por los que deberán sentarse alrededor de una mesa. Una mesa en la que se deben sentar personas sensatas, dejando a un lado la incontinencia verbal y buscar una solución a las suspicacias que hay a ambos lados.
Mientras que llega el acuerdo, todo el mundo tranquilo que nada dejará de funcionar.